En uno de los mayores escándalos éticos, el gobierno de la CDMX entregó un tratamiento sin avisar a los pacientes que estaban formando parte de un proceso de investigación, por lo que se aplicó sin su consentimiento.
En uno de los mayores escándalos éticos, el gobierno de la CDMX entregó un tratamiento sin avisar a los pacientes que estaban formando parte de un proceso de investigación, por lo que se aplicó sin su consentimiento.